Alrededor del 90% del agua que consumimos se utiliza para producir alimentos. Por lo tanto, son importantes unos sistemas de producción agrícolas adecuados y una buena elección de productos por parte de los consumidores. El agua invisible utilizada en el proceso de producción de un bien cualquiera (agrícola, alimenticio o industrial) se denomina “huella hídrica”.

 

Según datos de la Red de la Huella Hídrica (Water Footprint Network), para producir un kilo de legumbres se necesitan de media unos 3000 litros. Un kilo de ternera requiere de 15 000 litros, pues hay que contabilizar la cantidad de agua que ha bebido el animal, el forraje que ha comido y los servicios que ha necesitado a lo largo de su vida (limpieza, veterinaria).

¿Qué podemos hacer?

Existen una gran variedad de acciones que se pueden llevar a cabo para optimizar el consumo de agua. Algunas de las que a nosotros nos parecen más interesantes son las siguientes:

 

 

Puede consultar la noticia completa aquí

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1